“¿Eres atleta?¡Pufff, qué pereza, todo el día corriendo!” o “¿Haces atletismo? ¿Eso es solo correr, no?” son algunas de las reacciones que nos encontramos día a día los atletas cuando exponemos el deporte que practicamos.

En las próximas líneas intentaré explicaros por qué el atletismo no es “sólo correr”. En primer lugar, y dejando de lado aspectos puramente relacionados con el entrenamiento, el atletismo es un deporte en el que el compañerismo es la bandera. Curiosamente, a pesar de ser un deporte individual, el ambiente que se respira en las diferentes pistas de entrenamiento, en las competiciones y en las pruebas populares provoca que el factor sociabilizador de este deporte sea increíble. Rivales que son amigos y amigos que, cuando el juez dispara y hasta que cruzan la meta, luchan hasta la extenuación por llevar al límite sus capacidades y poder parar el cronómetro lo antes posible. Pero, en la mayoría de los casos, cuando se cruza la meta, esos atletas que en competición luchaban hasta el límite vuelven a disfrutar de este ambiente inigualable que se respira en el atletismo.

Además de su carácter sociabilizador, el atletismo es lucha, es un constante sacrificio por algo tan inapreciable como una centésima, un espacio de tiempo casi inapreciable para el ser humano; sin embargo, la cabeza y el corazón, cuando consigues mejorarlo, te hacen disfrutar de unas sensaciones que sería imposible hacer entender a alguien que no las ha vivido, pero que hacen que horas, días, meses y años de trabajo hasta la extenuación, llegando al límite del dolor y del esfuerzo en muchos casos, merezcan la pena al ver en ese cronómetro esa mejora.

También el atletismo es superación. Una superación que sólo se entiende cuando te das cuenta de que tu máximo rival eres tú mismo, y es en ese preciso instante cuando experimentas un salto de calidad en todos los aspectos, que te hace enfocar el deporte de una manera completamente distinta y convertirlo en tu herramienta de superación personal.

Ahora bien, ¿cómo se lleva a cabo esa superación personal?, ¿cómo es un entrenamiento de atletismo? Antes de conocer este mundo, mucha gente dice que el atletismo es solo correr. Pues bien, les aseguro que la mitad del tiempo semanal de entrenamiento de un atleta como yo se desarrolla sin correr. No tratamos de correr, tratamos de hacer todo lo necesario, de poner el cuerpo a punto para que cuando corramos lo hagamos lo más rápido y eficientemente posible. Para ello trabajamos aspectos como la fuerza en todos los grupos musculares, la técnica de carrera, la coordinación, la flexibilidad. Así, es muy posible ver a un atleta como yo, especialista en pruebas de velocidad lisas, haciendo ejercicios tan dispares como trabajo con vallas, saltos al foso de arena, ejercicios con comba y muchos otros que, a priori, no tendrían nada de relación con correr una prueba de 100 o 200 metros lisos pero que, siguiendo una planificación y realizados en el momento y del modo adecuados, provocan que en esa prueba de 100 o 200 metros lisos obtenga un mejor rendimiento.

Por eso, a todos los que seguís pensando que los atletas “solo corremos”, os invito a que probéis, a que os pongáis las zapatillas y os acerquéis a cualquier grupo de entrenamiento. Mi experiencia me dice que no os arrepentiréis.

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