Llegó el momento. Después de meses realmente duros a nivel físico y psicológico, metiendo una carga de entrenamiento que jamás había tolerado antes y tratando de luchar contra la sensación de no poder más, de querer bajar el ritmo, llega el momento por el que todo merece la pena: llega la hora de afinar, de competir, de sentirse bien.
La sensación que tengo en este momento es de auténtica fatiga, recién acabada una semana con diez sesiones de entrenamiento. Una sensación que ya llevo semanas arrastrando, pero que es normal en periodo de carga, una fase de la temporada donde el sacrificio es fundamental, ya que es la etapa donde se construye la base de esta, donde se empieza a cimentar el éxito, con lo cual es el momento de trabajar duro para posteriormente poder obtener resultados. Ese es el trabajo que, desgraciadamente, muchos medios no sacan y mucha gente no conoce del deporte: el esfuerzo que conlleva el alto rendimiento, el sacrificio que supone poder simplemente ponerse una camiseta de España y salir a la pista en una competición internacional representando a tu país; y es precisamente esta etapa la que provoca en los deportistas, al recordarla, una mayor satisfacción cuando llegan las grandes competiciones y hacemos repaso de lo vivido hasta ese momento. Ahora llega el momento de descansar y de buscar las sensaciones positivas, de tratar de sacar aquello para lo que hemos entrenado y hacer un papel lo mejor posible en esta temporada invernal, aun sabiendo que el principal objetivo lo tenemos en verano, con el campeonato de Europa.
Se avecinan dos semanas de recuperación en cuanto a entrenamientos se refiere. En estas dos semanas tendremos dos días rodeados de rojo en el calendario: el día 3 y el 8 de febrero. El día 3 tendremos el primer test, con un control federativo en la pista cubierta de Gallur, en Madrid, donde intentaré quitarme la espina del 60 que hice antes de Navidad, donde no hice una buena carrera.
Apenas cinco días después tendré una nueva oportunidad, también en Gallur, en el mitin de Madrid de pista cubierta, un mitin que se encuentra dentro del IAAF World Indoor Tour -el circuito mundial de pruebas en pista cubierta de la federación internacional de atletismo, donde compiten personas sin discapacidad-, donde tendré la oportunidad de compartir pista con algunos de los mejores atletas sin discapacidad del mundo, gracias a la invitación recibida por parte de la competición para participar en la misma, en una serie para personas con discapacidad.
Me gustaría aprovechar estas líneas para agradecer a la organización -Real Federación Española de Atletismo- del mitin de Madrid y a la IAAF la invitación, así como la iniciativa de darnos la oportunidad a atletas paralímpicos de participar en sus competiciones más destacadas. Sin duda, se trata de un paso grandísimo en la lucha por la visibilización del deporte adaptado.
Empieza lo bueno, es el momento de recuperar, de mentalizarse y de intentar -teniendo claro que el objetivo está en agosto en Berlín y que aún queda mucho por entrenar- hacer el mejor papel posible en esta temporada de pista cubierta.
¡A por ello!